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Miembro Destacado de AFP: Maral Tersakian

Career Development: Your Fundraising Career
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Maral Tersakian

En esta sección de Miembros Destacados, entrevistamos a Maral Tersakian, CFRE, presidente de Momentum Accompagnement en Philanthropie en Quebec. En esta entrevista, ella comparte su experiencia al llegar a Canadá como inmigrante y fundar un programa para procuración de fondos desde el inicio.  

¿Podrías empezar platicándonos un poco sobre tus antecedentes, y cómo llegaste a Canadá? 

Mi familia es originalmente de origen armenio, pero yo crecí en el Líbano. Vine a Canadá en 1986 como refugiada huyendo de la guerra civil libanesa. Antes de salir del Líbano había obtenido mi licenciatura en administración de empresas y una maestría en sociología y antropología, pero cuando llegué a Toronto, se me dificultó encontrar trabajo. Pensé que me convertiría en profesora de sociología, pero pronto descubrí que mis diplomas no significaban mucho aquí. Encontré que, a pesar de mi educación y de hablar cuatro idiomas con fluidez, me faltaba esa “experiencia canadiense”. 

Empecé a hacer solicitudes para varios empleos. Finalmente, me ofrecieron un puesto como asistente del vicepresidente de desarrollo en la organización Ontario March of Dimes. Cuando me dieron el trabajo, ni siquiera sabía lo que era desarrollo, pero me metí de lleno. 

 ¿Cómo fue tu primera experiencia en procuración de fondos?

En el Líbano, yo pensaba que la filantropía era estrictamente un trabajo voluntario. Recuerdo que mi madre, que era ama de casa, pasaba horas haciendo voluntariado en el centro comunitario. Ayudar a los demás es parte importante de nuestra cultura, pero hasta que llegué a Canadá supe que podía ser una profesión. Ese descubrimiento fue el momento que dije “¡Ajá!”. ¡Cambió el rumbo de mi vida!

Cuando me dieron el trabajo en March of Dimes, hubo definitivamente una curva de aprendizaje — no solo tuve que aprender una nueva profesión, necesitaba hacerlo al mismo tiempo que aprendía a adaptarme a un nuevo país. Aunque había aprendido inglés como un cuarto idioma en el Líbano, no estaba acostumbrada a hablarlo todos los días para trabajar. Aprender a hacer plática en los pasillos fue un reto en sí. Es esos pocos primeros meses, averigüé cómo tomar el metro, por primera vez viví temperaturas por abajo de los cero grados, y… ¡descubrí un deporte llamado “hockey”!

Pero solo serían unos cuantos meses antes de necesitar adaptarme otra vez.

Después de Toronto, te mudaste a Quebec donde pasaste la mayor parte de tu Carrera en el Instituto de Cáncer de Montreal. ¿Podrías decirnos cómo ayudaste a establecer su fundación?

Sí. Por razones personales, tuve que mudarme a Quebec donde el idioma dominante es francés. Al igual que cuando llegué a Toronto, aunque conocía el idioma, no estaba consciente de la cultura local y sus referencias.

Mi experiencia en March of Dimes me convenció de que mi lugar estaba en el sector de organizaciones sin fines de lucro y, aunque obtuve rápidamente un trabajo en una escuela armenia como maestra suplente, seguí haciendo solicitudes para posiciones en organizaciones sin fines de lucro. Mi determinación al fin rindió frutos cuando conseguí una entrevista para un puesto de asistente ejecutivo en el Instituto de Cáncer de Montreal.  

Durante la entrevista inicial me dijeron que estaba sobrecalificada y que estaban reacios a contratarme porque pensaban que me iría. Les dije que estaba realmente ansiosa de trabajar en una organización sin fines de lucro, y que estaría dispuesta a comprometerme a quedarme tres años si me daban la oportunidad. Me contrataron.

Una de las primeras tareas que me asignaron fue despejar nuestro tablero de avisos. Al ver eventos de otras organizaciones en los volantes, me percaté que todas tenían patrocinadores … ¿por qué nuestros eventos no tenían patrocinadores? Le pregunté a mi jefe si podía yo escribir cartas para buscar patrocinios, y él estuvo de acuerdo. Pronto, empezó a llegar dinero ¡y nuestras conferencias estaban totalmente patrocinadas! 

No pasó mucho tiempo antes de que me dieran otras oportunidades, incluyendo conseguir donación de servicio de alimentos para eventos, y ayudar a organizar una carrera para financiar la investigación del cáncer. Empecé a leer libros y tomar cursos, aprender más acerca de la filantropía, con el fin de apoyar mi rol no oficial de “la procuradora de fondos”. 

Al acercarse el 50° aniversario del Instituto de Investigación, el consejo directivo decidió lanzar una gran campaña. Contrataron una empresa de investigación de mercado para ver cuánto dinero pensaban que podría procurarse, y la mejor manera de hacerlo. Entre sus sugerencias, ¡el plan de la empresa incluyó hacerme directora de la campaña! 

Así que tuve que organizar la primera campaña de este tipo, de 2.5 millones de dólares, para el Instituto. Tuvimos la suerte de contar con buena reputación, y muy pronto se formó un comité de campaña con alto nivel y comprometido. Llevamos a término la campaña y logramos nuestro objetivo. 

Hasta este punto, yo había estado trabajando en estos eventos a la vez que simultáneamente llevaba a cabo mi labor asignada como asistente ejecutivo, con un salario de asistente ejecutivo. Al final de la campaña, el consejo directivo decidió nombrarme directora ejecutiva de la fundación.    

Hoy AFP recopila un reporte anual de salarios y prestaciones para dar una guía a la gente que hace este tipo de transiciones, pero probablemente tú no tuviste un recurso como este en esa época. ¿Cómo fue esa experiencia?

La profesión de procuración de fondos no estaba tan estructurada como ahora. No había muchos estándares disponibles. Cuando me dieron el puesto de directora ejecutiva, el consejo directivo me pidió investigar acerca de los salarios para puestos similares en otras fundaciones. Llamé a un colega para pedir orientación sobre salarios y ella me sugirió pedir la cantidad que yo creía valer. Me aconsejó pelear por mis derechos y por los de aquellos que llegarían después de mí. En otras palabras, luchar por esta profesión. Así que pedí la cantidad que pensaba que me deberían pagar. Y me la dieron.

Pero personalmente, en realidad no hacía el trabajo por el salario. Lo hice porque obtuve verdadera satisfacción de ello. A diferencia de la mayoría de la gente a la que conocí, yo era genuinamente feliz yendo a trabajar todos los días porque sabía que estaba marcando la diferencia; estaba desarrollando algo importante. 

¿Cuál fue el siguiente paso en tu carrera tras obtener oficialmente el cargo en procuración de fondos? Empecé como mujer orquesta, haciendo el trabajo de todos los departamentos en términos de buscar prospectos, solicitar donaciones, administración, comunicación, etc. Con el tiempo, a medida que organizábamos más y más eventos, nos allegamos más y más donativos, aumentamos nuestra base de donantes, y pude contratar una plantilla personal habilitado.

Habiendo prometido tres años, me quedé en el Instituto de Cáncer durante 30. Pero en algún momento durante el año 26, empecé a sufrir del síndrome de impostor. Todos estaban contentos con la labor que yo estaba haciendo; los resultados eran excelentes desde cualquier punto de vista… pero había una parte en mí que sentía que la única razón por la que tenía éxito era porque yo misma había desarrollado el programa. Me pregunté si podría tener éxito en otro lugar. Fue entonces que decidí obtener mi CFRE (siglas en inglés de Certificado Internacional de Ejecutivos de Recaudación de Fondos). Estudié durante casi seis meses y aprobé el examen en mi primer intento. Obtener esa certificación me probó que sabía lo que estaba haciendo y que podía hacerlo en otro lugar. El único problema que quedaba era que me sentía cansada.

Había pasado los últimos 30 años trabajando por muchas horas, y lo amaba, porque todo lo que importaba era la misión, pero al mismo tiempo, necesitaba un descanso. Decidí que me iba a jubilar, y me embarqué en un viaje de dos meses a Portugal. Regresé descansada, ¡y lista para afrontar un nuevo reto!

Platícanos sobre el inicio de tu empresa de consultoría.

Desde que me jubilé, mi teléfono y LinkedIn han estado llenos de mensajes de gente que conocí a través de los años, que no creían que en realidad fuera a dejarlo todo. Creo que todos sabían lo apasionada que estaba con mi labor, y a menudo la gente acudía a mí para pedir orientación o ayuda. Así es como decidí establecer mi empresa de consultoría, Momentum Accompagnement en Philanthropie. Hoy, mi negocio está prosperando, y tengo la oportunidad de trabajar en tantos proyectos interesantes, colaborando con escuelas, centros de investigación, esfuerzos filantrópicos corporativos ¡y demás!

Finalmente, ¿qué papel ha jugado AFP en tu carrera y tu éxito en procuración de fondos? 

Mi involucramiento con AFP en realidad empezó después de haber recibido una beca para asistir a un evento. Regresé sintiéndome revitalizada e inspirada por ser parte de una comunidad. Empecé a involucrarme a nivel local, colaborando en el consejo directivo para la sección de Quebec, y luego en el consejo directivo de AFP Canadá. 

Entre más avanzo en mi carrera, más puedo retribuir. Por el momento, dar tutoría es lo que más me interesa. He sido tutora a través de AFP, así como a través de escuelas secundarias locales, a donde acudo para dar una introducción a los pequeños acerca de la profesión de procuración de fondos. También doy cursos a través de AFP y eso es siempre increíblemente gratificante.  

Y una última pregunta para terminar la entrevista, ¿algún consejo para tus colegas procuradores de fondos, o alguien que sea nuevo en esta profesión? 

Esta profesión ha sido una bendición para mí. A pesar de todos los retos que afronté durante mi vida personal, mi trabajo ha sido siempre una fuerza positiva. Para mí, como inmigrante, tener éxito en mi profesión significó tener éxito en mi vida en Canadá. Ahora puedo decir que siento que he hecho algo importante, y que he ayudado a crear un impacto positivo. 

Le recomendaría a cualquiera que sea nuevo en la profesión que trabaje arduamente. Hacerlo con el corazón y porque cree en la misión. Si se hace la labor, y se hace por las razones correctas, esa ardua labor será recompensada. 
 

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